¿Cuándo y dónde se aprende a estudiar? ¿quién enseña la técnica? En la mayoría de los casos el estudiante tiene métodos propios para la realización de sus tareas, organizando el tiempo del que dispone, la cantidad de tareas a completar, formas de estudiar, etc. Toda persona desarrolla las técnicas de estudio, como mínimo, durante 12 años de su vida.
El fracaso escolar es una realidad que desde el punto de vista pedagógico debe preocupar tanto a centros, profesores, familiares, y por supuesto, a los propios alumnos que lo padecen.
Son muchos los factores, de diferente índole, que intervienen en el éxito escolar pero, posiblemente, una de las que más influye en el rendimiento de los alumnos es precisamente las técnicas de estudio utilizadas. Las condiciones de trabajo y el método utilizado para el estudio, así como la capacidad intelectual y los rasgos de personalidad, repercuten en el resultado académico esperado por el alumno y los que le rodean, influyendo en la motivación y predisposición para estudiar.
Si no existe profesión que para ser desarrollada no deba, inicialmente, ser enseñada y, por lo tanto, aprendida, entonces: ¿qué ocurre con la profesión de estudiante?
Resulta imprescindible el factor motivacional de la persona, que sea capaz de ver las utilidades del estudio, pensar en el aprendizaje como en una fase necesaria y vital en el desarrollo de uno mismo y entender que un método facilita la adquisición de conocimientos. Se trata del primer paso que debe interiorizar el alumno.
El inicio de un curso de métodos de estudio debe motivar al alumno porque le ofrece la posibilidad de mejorar, de aprovechar mejor su tiempo y optimizar su dedicación. Además, debe ser consciente de que interiorizar un método es importante para su posterior aplicación en otros cursos y en los estudios superiores que realice. La finalidad es adquirir unas pautas de trabajo que uno mismo ha adaptado a su forma de estudiar, y que son aplicables a todo su paso académico.
Proponemos sigan leyendo los apartados de cómo crear ambiente, cómo estar en plena forma para el estudio, diseñar un plan de estudio, y así conocer más sobre las técnicas más recomendadas.
El fracaso escolar es una realidad que desde el punto de vista pedagógico debe preocupar tanto a centros, profesores, familiares, y por supuesto, a los propios alumnos que lo padecen.
Son muchos los factores, de diferente índole, que intervienen en el éxito escolar pero, posiblemente, una de las que más influye en el rendimiento de los alumnos es precisamente las técnicas de estudio utilizadas. Las condiciones de trabajo y el método utilizado para el estudio, así como la capacidad intelectual y los rasgos de personalidad, repercuten en el resultado académico esperado por el alumno y los que le rodean, influyendo en la motivación y predisposición para estudiar.
Si no existe profesión que para ser desarrollada no deba, inicialmente, ser enseñada y, por lo tanto, aprendida, entonces: ¿qué ocurre con la profesión de estudiante?
Resulta imprescindible el factor motivacional de la persona, que sea capaz de ver las utilidades del estudio, pensar en el aprendizaje como en una fase necesaria y vital en el desarrollo de uno mismo y entender que un método facilita la adquisición de conocimientos. Se trata del primer paso que debe interiorizar el alumno.
El inicio de un curso de métodos de estudio debe motivar al alumno porque le ofrece la posibilidad de mejorar, de aprovechar mejor su tiempo y optimizar su dedicación. Además, debe ser consciente de que interiorizar un método es importante para su posterior aplicación en otros cursos y en los estudios superiores que realice. La finalidad es adquirir unas pautas de trabajo que uno mismo ha adaptado a su forma de estudiar, y que son aplicables a todo su paso académico.
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