Desvincular el sistema educativo del mundo laboral

Artículo de opinión

El reto de mejorar el vínculo entre el sistema educativo y el ejercicio profesional.


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Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a principio de 2015 había 2 millones 307 mil desempleados en México, y de ellos,  29.7 millones eran jóvenes de entre 18 y 29 años. 

Por un lado, las ofertas laborales se tornan complicadas dado los pocos incentivos fiscales y sociales que existen para los empresarios, y por otro, los empleadores han manifestado abiertamente que los postulantes no cubren  las aptitudes básicas para incorporarse a los centros de trabajo.

El problema se agrava en la población menor de 30 años, ya que al egresar de sus estudios, los jóvenes no cuentan con la suficiente experiencia para encontrar buenas oportunidades. INEGI publica que en 2015 el 42,17% de la población desempleada tiene estudios de nivel medio superior y superior, es decir, 964.764 personas registradas teniendo en cuenta la formación realizada y dada su preparación.

Se ha identificado la necesidad de crear mejores vínculos entre el sistema educativo y el mundo laboral, propiciando un acercamiento de los jóvenes que buscan su primer empleo con  las oportunidades profesionales existentes. En ese sentido, es preciso tomar diversas acciones para mejorar la relación de la vida académica con el mundo laboral, por ello,  se sugiere armonizar la oferta educativa con las necesidades sociales, económicas y de desarrollo de los diferentes sectores empresariales.

Se trata de elevar la calidad de la formación de los educandos a través de la adquisición y desarrollo de conocimientos, habilidades, destrezas, aptitudes y valores que serán importantes en el ámbito laboral. Todos ellos son factores importantes para realizar el autonoconocimiento y hacer la comparativa con el conocimiento de los perfiles profesionales.

El hecho de favorecer la participación directa de la empresa en la preparación de personal cualificado y la profesionalización del ramo, consigue el nexo educación-empresa necesario para potenciar la relación directa entre la educación y el mercado laboral.

Por ejemplo, la opción de Modelo Mexicano de Formación Dual ofrece una buena combinación entre el aprendizaje en el aula y el aprendizaje en las empresas que participan y se comprometen con la formación de futuros profesionales.

 

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